23/11/2020 Marvel Spot On Julián Clemente
REFLEJO OSCURO
Muchos son los enemigos que El Invierno Negro coloca ante Thor, desde los más recientes a los más veteranos, desde los más obvios a los más olvidados. El primero de ellos, aunque ya neutralizado, parece haber dejado huella, tanto en el personaje, como en los lectores. Gorr, el Carnicero de Dioses fue el principal antagonista del Hijo de Odín durante la larga etapa de Jason Aaron, presentándose ante nosotros al comienzo de la misma, para luego motivar la pérdida de la habilidad de Thor para blandir Mjolnir y regresando luego para el asalto final, con el que se cerró la etapa. Toma el testigo Loki, pero no el Loki de los últimos años, tan influido por el cine y con tantos matices. La encarnación de Loki que aquí se presenta es la clásica, la que Jack Kirby creara, junto a Stan Lee, y que alcanzara su máximo esplendor bajo el trazo de John Buscema. Es un Loki de una maldad absoluta, sin ninguna gradación posible. Mangog le sigue, con un aspecto que deja de lado las desproporciones habituales en este personaje para adquirir una estructura humanoide no por ello menos amenazante. Ya en la magnífica splash posterior nos damos de bruces con el resto: Jormungand, tan grande que tienes que buscarla en el fondo para detectar su presencia, aunque unas viñetas más tarde se hará evidente; Surtur, listo para golpear con su espada; Mefisto, también bajo el influjo de Buscema; Malekith, otro de los antagonistas claves de la Etapa Aaron; La Encantadora, bastante ausente en los tiempos más cercanos, y por último algunos villanos que, aunque se hayan encontrado alguna que otra vez con Thor, no están adscritos a su caterva: Apocalipsis, Juggernaut, Annihilus y el Doctor Muerte. Todos son ensoñaciones, como puedes llegar a adivinar antes de que la verdad se abra camino, porque el peor de los enemigos se reserva para el final, y es el propio Invierno Negro, que ha tomado el aspecto de Thor y que, en lugar de golpear con su fuerza bruta, recurre a la palabra, para hacernos interesantes revelaciones. ¿Qué quiere decir eso de que creó a Galactus y que éste era su heraldo? Por lo pronto, una reescritura de la continuidad que quizás tenga mucho que ver con lo ocurrido en Estela Plateada: Negro, cuando Norrin Radd viajó atrás en el tiempo hasta el nacimiento del Devorador de Mundos. No es además la primera vez en los últimos tiempos que rebajan de esa manera la condición de Galactus. En Moon Girl y Dinosaurio Diabólico nº 5, se descubrió que también es heraldo de otro ser, llamado Omnipotentis, “una entidad tan temible que amenaza no sólo a mundos, sino a la realidad misma”, según la describía. “Más vacía que el espacio. Más antigua que el tiempo. Existe entre todas las realidades del Omniverso. Se nutre de la energía cósmica. Devora Universos”. Ambos se enfrentaban en el mencionado volumen, momento en que la mencionada Omnipotentis profundizaba en la naturaleza de su relación con Galactus: “Me acuerdo de ti. No mucho, pero me acuerdo. Fuiste uno de muchos”. Al final de la historia, la entidad desistía de la lucha, pero antes de marcharse, dejaba un último anuncio: “Volveré”. ¿Quizás ahora, y en relación con El Invierno Negro? Lo dudamos mucho, pero no podíamos dejar de señalarlo.