«Numancia, aunque inferior en riquezas a Cartago, Capua y Corinto, respecto a valor y distinción fue igual a todas y fue la mayor gloria de Hispania. Esta ciudad, situada en una prominencia en las inmedicaiones de un río, con una guarnición de 4.000 celtíberos, sostuvo ella sola el ataque de un ejército de 40.000 hombres durante once años, y no solo eso, sino que también logró rechazarlos fuertemente en diversas ocasiones, y les hizo firmar vergonzosos tratados. Finalmente, puesto que se trataba de una ciudad que no podía ser conquistada, se vieron obligados a llamar al general Escibió, que había destruiido Cartago.»
Tito Livio, XXIX Historia de Roma (Siglo I)
Lo que representa Numancia para la historia es mayor de lo que nos ha trascendido, aunque nunca lo sabremos, pues lo que conocemos proviene de sus enemigos, como las palabras de Tito Livio. Y es tan fascinante, que generó en Balen la necesidad de escribirlo y en Segade de narrarlo en viñetas.
La leyenda, la historia e incluso la obra de Miguel de Cervantes tiene como resultado «Numancia. Hijos de las cenizas», una obra tan apócrifa como real, tan increíble como enigmática.
Esta es la historia de hombres y mujeres atrapados en su propio hogar.